No suelo responder a ningún comentario de los que dejáis los que pasáis por aquí y os animáis a escribir algo, pero lo que siempre he hecho ha sido leerlos absolutamente todos y a muchos que necesitabais alguna información concreta os he respondido vía mail. El fin de todo esto es conocer vuestras opiniones sobre lo que escribo y nunca he borrado ningún comentario, de la misma manera que dejo esos en los que dicen cosas del tipo: «Rober eres el puto amo», también mantengo los que dicen: «Que asco das, no tienes ni puta gracia» a pesar de considerar unos y otros una exageración. Aunque la página sea mía, la considero un espacio de libre expresión para todo el mundo y no sólo para los que me caen bien. Dicho esto, os agradezco muchísimo a todos que os paséis por aquí de vez en cuando, haciendo o sin hacer ruido, que perdáis vuestro tiempo conmigo, sin vosotros esto no tendría sentido y bla bla bla… ñoñerías varias, pero ciertas. Y vamos al grano, el caso es que tras publicar el post anterior sobre las galletas Príncipe, me he encontrado con este comentario, firmado por un tal «Seguriteca»:
<<De verdad era necesario hablar tanto de un tema tan banal??? existen tantos temas en los que uno puede usar su criterio y se pierde en esto??? disculpame, no es mi intenciòn ofender, mas no puedo quedar impavido frente a blogs de este tipo, ojala los valores de nuestra generaciòn lograran ser mas profundos.>>
Me ha impresionado tanto su profundidad y resentimiento que me he sentido en la necesidad de contestar, así que allá vamos:
En primer lugar, vaya por delante «Seguriteca» que cada uno uso su criterio para lo que le sale de los cojones, e igual que tú lo usas para juzgar lo necesarios o innecesarios que son ciertos blogs, yo lo uso para reflexionar sobre las putas galletitas de chocolate. Espero que consigas con tu pequeña revolución que toda la blogosfera reflexione sobre hasta que punto están desfasadas las teorías de Sartre y sobre como solucionar la crisis mundial sin que intervengan los Estados Unidos. Pero también espero que si mañana uso mi criterio para pensar en durante cuantos milenios tendrá que seguir evolucionando el ser humano para que en la herencia genética no vengan incluidos los pelos del culo, puesto que hace siglos que carecen de utilidad, no vengas a darme la chapa.
En segundo lugar, si ya con leer lo que escribí decías que no te podías quedar impávido, esto sí que te va a joder, porque no sólo pierdo mi criterio pensando en como abrir un paquetito de galletas, sino que además me pagan por hacerlo, ya que precisamente este texto es uno de los que cada viernes salen publicados en La Voz de Galicia, periódico que se vende en toda España y que tiene aproximadamente 800.000 lectores diarios. Sí, mis chorradas aparecen sin ningún tipo de pudor entre la sección de bolsa y la de noticias internacionales. ¿Cómo te quedas? Ánimo, con suerte conseguirás que la Asociación de Lectores Pedantes Alarmados por el Criterio Ausente (ALPACA), te pague por combatir páginas tan perjudiciales para el mundo como la mía con sus artículos sobre galletas, si es que algún día la crean… Por cierto, ¿has leido el de las Oreo? Es todavía mejor.
En tercer lugar, por lo que veo, dentro de tu tañir de campanas por la ausencia de valores de toda una generación, no echas en falta el valor de la ortografía. Y me da cierta penilla, sería muy frustrante para ti conseguir desarrollar todo un tratado sobre hacia donde debemos caminar los jóvenes de hoy y que no te lo publicasen por no poner ni una tilde, o poner al revés las pocas que pones, o por no usar mayúsculas al principio de cada oración, o por no saber usar los signos de puntuación, ni los de interrogación o no saber distinguir el modo subjuntivo del indicativo al conjugar verbos (‘formarán’, no ‘formaran’) Si tu critero te lo permite te recomiendo que te leas un manual de gramática y ortografía en vez de mis mierdas de Beukelaer. Si tienes problemas al principio empieza por los cuadernillos de Rubio.
En cuarto lugar, y esto es lo que más me inquieta, ¿en serio te leíste todo el post para comprobar que solamente hablaba de cómo abrir galletas? Ni el título del post (¿Cómo se abren las galletas Príncipe?), ni la ilustración, ni el hecho de que estuvieras visitando la página de un cómico que se hizo famoso por hablar durante una hora de yogures en sus actuaciones, te hicieron pensar que la trama no iba a cambiar, que no iba a ver un giro final en el que con una metáfora de dos líneas consiguiera establecer una analogía entre el paquetito de galletas y el conflicto palestino-israelí. Te compadezco colega. Eres de los que ve un cenicero lleno de colillas y te preguntas si habrán estado fumando.
Y en quinto lugar, que ya me estoy cansando de escribir, no generas en mi tanto interés como el precinto de un envoltorio y el modo de deshacerse de él, te dejo un regalito; una canción que refleja los valores perdidos en nuestros días. La he seleccionado empleando mi criterio musical lo mejor que he podido. Y tal vez de parezca que tengo un gusto de mierda, pero aún así y para que veas lo injustos que son los tiempos en los que te ha tocado vivir, también soy Dj y me pagan por hacer selecciones musicales para gente que malgasta su dinero en beberse hasta el agua de los charcos en lugar de ahorrarlo e irse a África a construir un pozo. Ya ves, ¡egoístas, que somos unos egoístas!
Love of Lesbian – Los niños del mañana
¡Anímate a escucharla que es bastante más cortita que lo de las galletas!
Comentarios recientes