La actuación de este viernes en Vigo ha sido aplazada, posiblemente la nueva fecha sea el sábado 29 de agosto. Lo confirmaré más adelante. Perdonad las molestias.
Posts Tagged 'monólogo'
¡¡¡Cambio de fecha!!!
Published 16 julio 2009 Uncategorized 1 CommentEtiquetas: actuación, Estrella Galicia, MAPIE, monólogo, Rober Bodegas
Gira 2009 con Estrella Galicia
Published 1 julio 2009 Uncategorized 1 CommentEtiquetas: actuación, Estrella Galicia, MAPIE, monólogo, Rober Bodegas
El pasado fin de semana empezó mi segunda gira de verano con Estrella Galicia en Vigo y Ourense, podéis ver todas las fechas en el apartado de «Próximas actuaciones», y en la página de MAPIE.
Próximas actuaciones
Published 1 octubre 2008 Uncategorized 12 CommentsEtiquetas: monólogo, próximas actuaciones, Rober Bodegas
He actualizado la página del blog de próximas actuaciones, a partir de ahora estará al día. Lo prometo. Así que ya sabéis donde buscarme…
Higiene Bucal
Published 11 marzo 2008 Uncategorized 10 CommentsEtiquetas: Colgate, dentífrico, higiene bucal, humor, La Voz de Galicia, monólogo, Rober Bodegas
(Y con esta historia ya son tres semana las que La Voz de Galicia se ha dignado a publicar mis ocurrencias, y ojito que pronto llega la cuarta… ¡Me siento honrado!)
Si nos preguntasen una marca de pasta de dientes y tuviésemos que dar una respuesta instantánea, seguramente todos contestaríamos “Colgate”. O a lo mejor no, a lo mejor ese dentista cabrón, ese 1 de cada de 10 que no nos deja comer chicle sin azúcar, diría Licor del Polo, que qué menos, que ya que no nos deja comer chicle que nos deje tomar un chupitín después de cada comida.
Si, se que éste ha sido un chiste malo y fácil, pero a ver quién es el listo que hace un chiste con Lacer , Signal o Kemphor, que ya me diréis qué nombres son esos para un dentífrico, ¿es qué en el departamento de marketing de estas empresas nadie ha visto el anuncio de Movistar de los autónomos? ¡Qué ganas de complicarse la vida! “Bocablanca”, “Ceroempastes” o “Muelasforever”, eso si que serían buenos nombres para una pasta de dientes. Imposible resistirse.
Que tomen ejemplo de los preservativos, la gente compra “Durex” por eso, porque el nombre sugiere lo que estas buscando, que luego durex más o menos tiempo es otra historia, pero por lo menos te ofrecen la motivación. Si el nombre de la marca fuese “Gatillazox”, mal lo tendrían. Y lo mismo ocurre con su competencia, todavía más explícitos, “Control”. Pues eso, control. Si se llamasen “Feliz camada”, a ver quien se arriesgaba, aunque bueno, si cambiásemos sólo una letra en la segunda palabra, otro gallo cantaría… En fin. Que me pongo ordinario. Si bien es cierto, que sin darme cuenta he retomado la tesis de esta historia que era la boca, o más bien su cuidado.
El caso es que estaba viendo la gama de dentífricos de Colgate y es una cosa realmente espectacular. Están las de siempre, anti-sarro, anti-caries, y “sensitive”, -para dientes sensibles-, debe ser para quien le hayan llorado las encías viendo “Memorias de África”. Y de cada una de ellas existe una variedad que incorpora blanqueador. Está bien que esto sea opcional porque imagino que habrá mucha gente a la que le guste tener los dientes amarillos.
En un momento de lucidez alguien debió darse de cuenta de que se podía dar la casualidad de que una misma persona tuviese caries y sarro, o sarro y los dientes sensibles o las tres cosas a la vez y lanzaron “Colgate Triple Action”, que es un revoltijo de las tres y que a muchas personas les evita tener que hacer tres cepillados diferentes después de cada comida. ¡Si señor! ¡Minipunto para el equipo de los chicos!
Así que animados por tamaño acierto, empezó el desfase, y encontramos nuevas variedades como “Colgate Max Fresh”, -frescor máximo-, toda una declaración de poder. ¿Porque cómo se mide el frescor? ¿Encierran a un pingüino en una nevera con una lata de atún y una manta eléctrica, y si la enchufa es que el frescor ya está al máximo?
Pero esto era sólo el principio. Continuaron con “ Colgate Time Control”, que no quiere decir que con el cepillado de la noche quedes programado para despertarte mordiéndote la lengua a las ocho de la mañana. Quiere decir algo todavía mejor, que tus dientes no envejecen. Vamos, que si lo usas con un caballo lo vendes con quince años como si tuviese dos y medio. Y a partir de aquí ya se tiraron de la moto en serio, y lanzaron “Colgate Total”, que por lo visto trae todos los extras, sólo le falta poner la lavadora.
Viendo esto, yo que soy un tío ingenuo, creí que ya no se podría ir más allá. Pero se podía. Gracias a “Colgate Total Frescor Avanzado”, que digo yo, ¿qué quieren decir con lo de “avanzado”? ¿Qué el frescor va quinientos metros delante de ti? Que empieza a oler el bar a menta y dice la gente, “Debe estar al caer Bodegas…” Y el summun de los dentífricos, “Colgate Herbal”, con las propiedades de las mejores hierbas naturales… No creo que pueda haber nada mejor para proporcionarnos una sonrisa de oreja a oreja. Eso sí sólo se autoriza su uso terapéutico.
Mi padre y su 600
Published 26 febrero 2008 Uncategorized 11 CommentsEtiquetas: 600, humor, monólogo, Rober Bodegas
Cuando mi padre era un joven hermoso y lozano, que recibía clases de culturismo por correspondencia y tenía su permiso de conducir B1 más verde que la «L» de novato mi abuelo le confió su vehículo, en tiempos flamante, seat 600, para goce y regocijo del por aquel entonces tierno mozalbete.
Mi padre, he de aclarar, entró en la veintena en los últimos años del Régimen, suerte la suya, que por lo menos cogió algún año de régimen, yo no tuve ninguno, y así estoy cada día más panzudo y rebolludo…
El caso es que en aquellos primeros años 70, en el que los hijos de familias bien ya comenzaban a lucir los impresionantes 1430, también de fabricación española o los maravillosos Simca 1000, popularizados años después por Los Inhumanos en una dudosa canción que el que más y el que menos ha cantado borracho en alguna ocasión, por lo cual un 600 era un vehículo que no te daba ningún caché y con el que era imposible impresionar a nadie, y mucho menos a una de esas primeras usuarias del sensacional invento de Mary Quan… Vamos que tener un 600 en aquel tiempo era poco menos que tener hoy una mountain bike del Carrefour. ¿Cuánto costaba un 600 en aquella época? ¿Treinta mil pesetas? ¿Cuánto es eso, tres euros de ahora? Razón que hacía imposible comerse algo a cuenta del bicilíndrico vehículo…
Es más, las chicas de la época preferían pegarse un revolcón en una cuneta que en un 600, porque hacía el mismo frío, puesto que no llegó a haber 600 con climatizador de serie, pero al menos la cuneta era espaciosa.
Un buen día, tomando unas cañas, los amigos de mi padre tuvieron una feliz idea. Le propusieron a mi padre pintar el 600 de verde marujita. Seguiría siendo una mierda de coche, pero sería vistoso. Le decían que así, el coche destacaría allá por donde pasará y que sería imposible no fijarse en él, y en consecuencia, en sus ocupantes. Cuyo atractivo hasta aquel momento había pasado desapercibido.
En un principio mi padre, indeciso como su hijo, (el hijo como el padre, más bien) no veía nada clara la pigméntica cuestión, pero según iban bajando las cañas, comenzaban a ver más clara la fantasía de un 600 petado de lugareñas que deseaban sentirse suecas y vivir abrazadas a hombres peludos, como lo fueron un día los españoles de pura cepa…
Así que antes de acabar la sexta caña ya estaban yendo a comprar pintura.
El 600 quedó como el culo. Lo pintaron a brochazos. No les llegó la pintura, quedó más oscuro por unas zonas con dos manos que por otras y lleno de pegotes y también le quedaron partes blancas. Obviamente. La carrocería quedó llena de pelos que soltaban las brochas de lo malas que eran. Os podéis imaginar que el 600 resultaba bastante asqueroso… Todo el mundo se reía del 600 de mi padre.
Mi padre, harto de esta situación, le colocó una pegatina de lado a lado en toda la parte de atrás (que tratándose de un 600 tampoco era tan grande…) en la que se leía:
«NO SE RÍA, PUEDE IR SU HIJA DENTRO»
Nunca más nadie se volvió a reír del 600 de mi padre.
Pues bien, mi padre es Juan Bodegas, mi madre, como todas, una santa, que una noche subió engañada a aquel 600, y de ese desafortunado encuentro salió Rober Bodegas, que desde hoy os espera en este blog, sed bienvenidos.
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