Me paso la semana entre aeropuertos y estaciones de tren y me he dado cuenta de que siempre hay pegados carteles de “Se busca”, pero no son un póster grande con una cara gigante con la foto de un tío con cara de peligroso, no. Son hojas poco más grandes que un folio con quince o veinte rostros criminales en pequeñito, como si fueran una página de un álbum de cromos. Una especie de orla de malhechores, en plan: “ETA: Promoción 2010”. Y cuando los veo pienso, ¿de verdad hay alguien que retenga estas caras? ¿De verdad alguna persona se queda diez minutos mirando para el cartelito diciendo: “Voy a memorizar estas caras para ayudar a combatir el crimen, que a saber cuántas veces me he cruzado con un terrorista y no me he dado cuenta por no estar atento…”? Yo creo que no. Es que memorizar veinte caras así por las buenas tiene su dificultad. Y más si son etarras, que llevan todos el mismo peinado. Que yo me imagino a un radical vasco llegando a las oficinas de ETA, diciendo: “Hola, buenos días, vengo a apuntarme a los terroristas”, y el encargado de reclutamiento: “Muy bien, rellena este impreso y pasas a ese otro despacho a que te corten el pelo.” De hecho yo creo que el símbolo de la banda es una macheta porque es lo que utiliza su peluquero para talar esos flequillos… Pero volvamos a lo de las fotos de los carteles, porque si aún fueran fotos de cuerpo entero, pues mira, igual no te quedas con la cara pero sí con que uno mide dos metros, con que otro está de un gordo que revienta o con que otra tiene las tetas operadas, pero una foto de carné es imposible de recordar. Además todo el mundo sale mal en las fotos de carné, así que no creo que los criminales sean una excepción, seguro que si un día conoces a uno en persona, lo primero que le dices es: “Eres mucho más guapo que en la foto. Es más, ni siquiera tienes cara de malo…” Di tú que no iban a salir sonriendo, que los polis cuando les hicieron la foto les dirían: “Pon cara de malo que es para un cartel de “Se busca” no para que tu abuela la ponga en la mesilla de noche.” Aunque esa es otra, la policía cuando le hizo las fotos, ¿por qué no los detuvo? ¿Porque si no, no tenía emoción? ¿O es que no fue la policía quien les hizo la foto? A lo mejor tienen las fotos porque se dejaron el DNI en la escena del crimen. O porque fueron a casa de sus padres y dijeron: “Oiga señora, ¿no tendrá por ahí una foto de su hijo? Es que verá, ha robado tres Banestos y lo estamos buscando…” Eso sí, al menos dan una facilidad, porque debajo de la foto ponen el nombre del delincuente en cuestión, así que puestos a memorizar, memorizas las dos cosas, y si te cruzas a uno y tienes dudas dices: “¿Antonio (o como se llame)?” Y si se gira es que es él.
Aún así lo mejor es que de vez en cuando te encuentras alguno de estos cartelitos con algunas caras tachadas a rotulador, indicando que a eses ya les han pillado. Que por un lado está bien porque dices: “Vale, nuestros cuerpos de seguridad no son eficaces al cien por cien pero algo hacen” y por otro piensas: “¿Hay un hombre en España que cada vez que detienen a un criminal buscado va por todas las estaciones y aeropuertos tachando su foto?”
De todos modos, no sé hasta que punto es útil tanto despliegue porque supongo que esos carteles también los verán los criminales, así que digo yo que o son muy gilipollas o en cuanto ven que su cara está decorando paredes se ponen una peluca y se dejan barba…
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